
Los retardantes de llama organofosforados funcionan liberando compuestos de fósforo cuando se exponen al calor, que desempeñan un papel fundamental en la prevención de incendios. Cuando se someten a temperaturas elevadas, estos compuestos forman una capa protectora de gas en la superficie de los materiales. Esta capa de char actúa como un escudo térmico, aislando el material de una mayor combustión y reduciendo la inflamabilidad. Al crear esta barrera, los retardantes de llama organofosforados ralentizan o previenen la propagación de incendios, lo que los hace valiosos en diversas aplicaciones, incluidos plásticos, textiles y electrónicos para mejorar la seguridad contra incendios.
Los organofosforados no son inherentemente inflamables. De hecho, algunos compuestos organofosforados se utilizan como retardantes de llama para reducir la inflamabilidad de materiales, como plásticos y textiles.
Los organofosforados exhiben diversas propiedades basadas en su estructura química específica, pero algunas características comunes incluyen su uso como pesticidas, retardantes de llama y agentes de guerra química, según el compuesto.